
La energía térmica es una de las formas de energía más presentes en nuestra vida cotidiana, aunque muchas veces pasa desapercibida. Está detrás del agua caliente que usamos a diario, de la calefacción que nos protege del frío y de numerosos procesos industriales que sostienen la economía. Pero, ¿qué entendemos realmente por energía térmica y de dónde proviene?
La energía no siempre se mide en kilovatios o en gráficos de consumo. A veces se percibe en algo tan simple como el calor de una estufa en invierno, el vapor que sale de una olla o el agua caliente que usamos a diario. Todo eso es energía térmica, un tipo de energía tan cotidiano que muchas veces pasa desapercibido.
España, como el resto de Europa, está replanteando cómo producirla y de dónde obtenerla. En este artículo la vamos a explicar con palabras sencillas, verás qué fuentes existen y cómo se aprovecha tanto en casa como en la industria. Y para darle un giro curioso, cerraremos con un ejemplo real de una ciudad española que está usando el calor de manera diferente y sostenible.
¿Qué entendemos por energía térmica?
En esencia, es la energía que se manifiesta en forma de calor. Se origina en el movimiento de las partículas de cualquier cuerpo: cuanto más rápido se mueven, más alta es la temperatura y mayor la energía térmica acumulada.
Ese calor puede aprovecharse directamente -para ducharnos, cocinar o calentar una vivienda- o transformarse en electricidad, como ocurre en las centrales térmicas donde el vapor mueve turbinas.
¿Cuáles son las fuentes de energía térmica?
La energía térmica puede proceder de varias fuentes. Algunas son renovables y limpias; otras dependen de combustibles fósiles o procesos más controvertidos.
Fuentes renovables
- Solar térmica: son paneles con circuitos de agua que se calienta gracias al sol. Muy frecuente en hoteles, piscinas y viviendas.
- Biomasa: serían restos orgánicos como pellets, huesos de aceituna o astillas de madera que, al quemarse, generan calor.
- Geotermia: es el calor que procede del interior de la Tierra. Con bombas de calor o en plantas geotérmicas, se aprovecha para climatización o generación eléctrica.
Fuentes no renovables
- Gas, carbón y fuel: son los combustibles que se queman en calderas o centrales térmicas.
- Nuclear: aquí el calor no viene de la combustión, sino de la fisión de átomos, que libera energía para generar vapor.
- Residuos: la incineración de basura urbana o industrial también produce calor, usado en plantas de valorización energética.
Energía térmica en el hogar
Agua caliente sanitaria (ACS)
Cada vez que abrimos el grifo y sale agua caliente estamos usando energía térmica. En una vivienda española, supone en torno a un 20% del consumo total.
Calefacción
Existen múltiples opciones: calderas de gas, estufas de biomasa, suelos radiantes con aerotermia o incluso sistemas geotérmicos en viviendas unifamiliares.
Cocina
Los hornos, las placas de gas o las cocinas solares portátiles son ejemplos claros de cómo utilizamos calor para preparar alimentos.
Energía térmica en la industria
Procesos de alta temperatura
La metalurgia, las cementeras o la industria cerámica necesitan hornos capaces de alcanzar temperaturas extremas.
Vapor para procesos industriales
El vapor generado en calderas se usa para esterilizar, limpiar o transportar calor en sectores como el alimentario o el farmacéutico.
Redes de calor
En el norte de Europa, y poco a poco también en España, se instalan district heating: redes de tuberías que llevan agua caliente desde una planta central a barrios enteros.
¿Cuáles son las ventajas y retos de la energía térmica?
- Flexible: se adapta tanto a necesidades domésticas como industriales.
- Constante: la biomasa, el gas o la geotermia garantizan suministro durante todo el año.
- Sostenible o contaminante, según el origen: no es lo mismo calentar con pellets que con carbón.
- Cada vez más eficiente: tecnologías como la aerotermia permiten obtener hasta tres veces más energía en forma de calor de la que consumen en electricidad.
Un caso llamativo: la red de calor de Soria
Un ejemplo cercano y real lo encontramos en Soria. Allí funciona una de las mayores redes de calor con biomasa de Europa. Abastece a más de 16.000 vecinos y unas 8.000 viviendas, sustituyendo el gasóleo por astillas de madera procedentes de montes locales.
El resultado: se evitan cada año unas 60.000 toneladas de CO₂, además de abaratar la factura energética de quienes se conectan a la red. Un modelo que demuestra que también en España se pueden aplicar soluciones colectivas y sostenibles basadas en energía térmica.
Conclusión
La energía térmica es más cercana de lo que pensamos: la usamos cada vez que encendemos la calefacción, ponemos a hervir agua o visitamos una fábrica. Lo relevante hoy no es tanto si la necesitamos -porque es evidente que sí- sino de dónde obtenemos ese calor.
El futuro pasa por sustituir los combustibles fósiles por alternativas limpias como la biomasa, la geotermia o la solar térmica. Soria ya ha demostrado que se puede. Ahora la clave está en extender estas soluciones y entender que, aunque invisible, la energía térmica es la columna vertebral de nuestra vida diaria.
Fuentes consultadas
- Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). (2024). Guías sobre energía solar térmica y biomasa en España.
- Red de Calor de Soria. (2024). Proyecto de red de calor con biomasa.
- International Energy Agency (IEA). (2023). Heating and Cooling.
- Comisión Europea. (2024). Energía geotérmica y biomasa en Europa.
![Energía Hidráulica [Fuentes de energías renovables] - 2025](https://www.adxenergia.es/wp-content/uploads/2025/08/energia-hidraulica-hidroelectrica.jpg)

